jueves, 16 de septiembre de 2010

"Me siento feliz"-Julián García Bojórquez-Mención Honorífica en el Premio al Mérito Juvenil

Culiacán, Sinaloa, a 14 de septiembre del 2010.- Porque a través de su testimonio ha logrado concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre el autismo, Julián García Bojórquez recibirá Mención Honorífica, en la categoría de Mérito Cívico-Social, hoy, en la sesión solemne de entrega del Premio al Mérito Juvenil, en el Congreso del Estado.

Julián García Bojórquez tiene 19 años y es un joven autista de alto rendimiento que ha logrado incorporarse a la sociedad y ser autosuficiente, con la ayuda de sus papás y las intensas terapias recibidas en la Asociación Sinaloense de Autismo.

Desde hace algunos años, él ha impartid charlas en escuelas, compartiendo su caso.

"Me siento feliz por esta mención, gracias a Dios, yo soy uno de ellos (quienes van a recibir el premio), con mención especial", dice Julián, quien estudia Fotografía en la Escuela de Artes Plásticas de la UAS.
 
"Mi mamá me dijo 'Julián ganaste', y se alegró".

El autismo es una discapacidad severa y crónica en el desarrollo, pero Julián ha logrado ser autosuficiente, gracias a las terapias de habilidades, aprendizaje, comportamiento y socialización que ha recibido desde los 5 años, cuando se le diagnosticó el problema.

A sus 19 años, tiene muy desarrollado el sentido de la responsabilidad y es considerado un autista de alto rendimiento, y aunque durante todos sus estudios tuvo maestra sombra, ahora algunas veces prescinde del acompañante que lo observe, en la Escuela de Artes Plásticas de la UAS.

"Me ha ido bien, he tomado muchas fotos de tarea, como Catedral, la Plazuela Obregón, el restaurante de la vuelta", dice, mientras está pendiente de los químicos que usará para el revelado de la película, "mi sueño es ser fotógrafo, estoy en eso, me siento bien porque quiero ser como Alex Rivera".

Hoy, Julián llegará orgulloso a recibir el reconocimiento a su labor.

"Siento orgullo porque todo mundo va a estar orgulloso de mí".

Y con ese entusiasmo que lo caracteriza, envía un mensaje a los jóvenes.

"Que le echen ganas, hay que trabajar porque nadie se va a hacer mejor, hasta que le echen ganas".

PERFIL
Julián García Bojórquez nació el 17 de mayo de 1991.
Es hijo de José Guadalupe y Ana Bertha.
Tiene dos hermanos: Adrián y Diana.
Estudia Fotografía en la Escuela de Artes Plásticas de la UAS.

Fuente:Noroeste

sábado, 11 de septiembre de 2010

LAS HUELLAS DEL AUTISMO: “Ella es una heroína”

CARMEN DE LA ROSA, MADRE DE LAS GEMELAS MARY CARMEN Y CARMEN MARY, CON UN AUTISMO MODERADO, TUVO QUE CONVERTIRSE EN LA TERAPEUTA DE LAS NIÑAS

Actitudes. Las gemelas Mary Carmen y Carmen Mary tienen muchas cosas en común, pero también comportamientos por su condición de niñas autistas que permiten a su madre distinguir entre una y otra.Juan Salazar
Santo Domingo
En una sala decorada con cuadros idílicos, Mary Carmen y Carmen Mary, dos gemelas de seis años con un diagnóstico de autismo moderado, ponen de manifiesto los rasgos disímiles de su condición. Una siente pasión por la música y la otra por la pintura; una es más afectiva y la otra tímida, pero tienen en común a la madre que ha encarado con firmeza el peor trauma de su vida.

“Recogí todas las lágrimas y ya no derramo una más”, dice Carmen Ramona de la Rosa, de 35 años, al narrar como logró sobreponerse a la sensación de impotencia que por primera vez padecía con tanta intensidad. Ella tiene también a Alexander Efraín, un hijo normal de 10 años.

Los primeros dos años de las gemelas transcurrieron sin ningún indicio que permitiera atisbar el más mínimo rastro de su condición. “A los dos años y medio comenzaron a aparecer conductas inadecuadas, rayaban las paredes; de repente desapareció el habla y comenzaron a expresarse por señas. Fue ahí cuando se me despertó la curiosidad y noté que algo extraño estaba pasando”, recuerda De la Rosa.

La madre, quien retrata cada instante de ese momento con la exactitud del más fi no artesano, decidió llevar a las niñas a la Asociación Dominicana de Rehabilitación, donde recibió el diagnóstico que marcó su vida.

No lo podía creer, porque ya tenía conocimiento de lo que era el autismo. Fue algo doloroso, pero desde ese momento comprendí que iniciaba un largo camino y me dediqué a ellas”.

La abnegada mujer no ha podido emplearse otra vez, y tuvo que abandonar sus estudios de contabilidad para, junto a su esposo Ramón Alexander Meléndez, de 39 años, y técnico en plantas eléctricas, atacar una dura realidad que le llegó duplicada. El último trabajo de la dama fue en la Secretaría de Deportes, hoy convertido por ley en Ministerio, donde la cancelaron cuando se reintegró a sus labores tras la licencia de post parto por sus gemelas.

Desaliento

Con la pesada carga de la sentencia médica en sus hombros, la búsqueda de un centro donde las gemelas recibieran terapia y educación no pudo ser más desalentadora. Lo primero que recibió De la Rosa fue una oferta de media beca para que sus niñas estudiaran en una escuela especial, pero la mensualidad era RD$6,000 y el transporte RD$8,000. Sus ingresos económicos no le permitieron ni pensarlo.

“Fue chocante, la depresión fue muy fuerte, tuve que buscar ayuda emocional y compartir con padres que estaban pasando por lo mismo.

El cambio fue tan intenso que me ha hecho ver la vida diferente”, añadió.

Ella admite que al principio intentó buscar culpables y surgió la expresión tan común cuando a alguien le llega un momento de desgracia: “Dios mío, por qué a mí”.

Sin embargo, Carmen no se consumió en la angustia de sus resentimientos y en el revoltijo de prevenciones que bullían en su cabeza. De inmediato comenzó a consultar libros, cuantas páginas pudo desplegar en internet y a observar cuidadosamente el comportamiento de sus gemelas con la determinación de convertirse en su propia terapeuta. “Uno ve la vida diferente. Estos niños nos enseñan a ser más tolerantes, nos enseñan a decir las cosas como son, te enseñan a ser natural, a ser uno mismo, y a comprender que las cosas vienen por escalas”, precisó Carmen, al hablar sobre sus primeras experiencias en el nuevo rol que sumaba a su condición de madre.

Pudo notar que una de las gemelas, Mary Carmen, mostraba un nivel de desarrollo mayor y decidió usar esa ventaja para que ayudara a su hermanita. De la Rosa también diseñó por cuenta propia un horario de actividades para que sus hijas aprendieran la rutina de la casa, como cepillarse los dientes, bañarse, vestirse, ordenar los platos en el comedor y otras actividades del día a día.

Con respecto a la comunicación, también tuvo que asumirla porque en Rehabilitación solo podían hacerlo cada 15 días y por media hora.

Carmen llevó a sus hijas en varias ocasiones y tomando como patrón lo que vio decidió hacerlo en su casa de manera periódica.

Sus habilidades

A Carmen Mary le gusta la música; puede tocar el piano y memoriza y tararea con suma precisión canciones de Camilo Sesto, uno de sus artistas preferidos, así como salsa y reguetón. Esta gemela expresa más el cariño a su madre, a quien besa con frecuencia y le endereza el rostro con cariño cuando quiere decirle algo.

Mary Carmen tiene pasión por la pintura, especialmente rostros. Le cuesta demostrar el cariño y mirar directamente a los ojos cuando le hablan.

Ambas tienen la autoestima muy alta. Les gusta tomarse fotografías, también verse bonitas y se paran continuamente frente al espejo para comprobarlo. Cuando las peinan prefi eren las colas, pero se enojan cuando comprueban que hubo negligencia en su terminación.

Todavía tienen el mal hábito de chuparse los dedos. Son obsesionadas con los objetos que usan, especialmente en la casa, comen con la misma cuchara y utilizan el mismo vaso para beber. No llevan dieta, pero su madre prefi ere que ingieran alimentos naturales y desecha aquellos que tienen químicos, conservantes y antioxidantes.

Los especialistas que tratan a estos niños propugnan porque los padres se involucren de manera intensa en las terapias de sus hijos, pero siempre con la supervisión de personal califi cado.

El jefe del Departamento de Salud Mental del hospital Robert Reid Cabral, Moisés Taveras, precisa que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición de mucho peso emocional en los padres y, por esa razón, aunque el objetivo primario es atender al paciente, tratan de brindar apoyo a los padres para que el proceso no sea traumático.

“Porque también nosotros lo necesitamos. Y en el proceso terapéutico esto es de sumo valor, la implicación de los padres en el proceso terapéutico de sus hijos. Si no logramos eso, realmente el trabajo no será del todo efectivo”, añadió

Integración

Nicole Imbert, sicóloga infantil del Reid Cabral, considera que en el tratamiento de los pacientes los padres son co-terapeutas porque son quienes pasan más tiempo con sus hijos.

“De ahí que ellos son las personas que tienen que luchar para que sus hijos presenten un mejor comportamiento.

Se ha visto en todas las estadísticas que cuando los padres se integran hay un mejor pronóstico en el caso”, añadió.

Las gemelas Mary Carmen y Carmen Mary asisten desde hace dos semanas a un colegio normal y también acuden una vez por semana a recibir terapia en la biblioteca infantil y juvenil República Dominicana. Su progreso ha sido notable en poco tiempo. La directora del colegio, una amiga de Carmen, accedió a inscribirlas luego de que ella la invitara a una charla dirigida a padres de niños y niñas con esa condición. Su madre las nota ahora más relajadas y menos hiperactivas.

Muchas cosas han cambiado en la vida de Carmen de la Rosa, y una de ellas es que ya no siente pasión por la contabilidad. Ahora quisiera estudiar sicología para ayudar más a sus hijas y a los padres de otros niños que tienen la misma condición de sus gemelas.

“Ella es una heroína”, dice María Altagracia Tejeda Beltré, la madre de Carmen Ramona de la Rosa, sin poder contener una lágrima que por fi n logra enjugar en la comisura de sus labios.

TRATAMIENTO PARA NIÑOS CON AUTISMO

No existe por ahora un tratamiento que cure el autismo. Se ha comprobado que un inicio temprano de la terapia y la continuidad mejora las probabilidades de aumentar el nivel de funcionamiento.

Existen una serie de tratamientos no probados que se han usado en niños y niñas con esta condición, como biológicos y terapias de diversos tipos. Algunos padres consideran que el tratamiento con quelantes (una sustancia que evita la toxicidad de los metales en los seres vivos) ha tenido un efecto positivo en sus niños autistas.

Sin embargo, sólo los tratamientos psicológicos conductuales han demostrado hasta ahora efectividad en niños con Trastorno del Espectro Autista.

Los expertos sugieren crear programas educativos adaptados a las necesidades individuales de cada persona con autismo, debido a que se manifiesta con diferentes niveles de intensidad. Cabe destacar el trabajo que se está realizando con algunas personas con autismo en el campo de la Planificación Centrada en la Persona (PCP).

Se recomienda también un plan de tratamiento que garantice el acceso a una variedad de recursos que van desde la atención residencial y los hogares de grupo hasta un apoyo personalizado en la comunidad; y alternativas ocupacionales, desde centros estructurados de día, empleo especial con apoyo, hasta la plena integración laboral. Algunos niños autista son tratados con medicamentos para mitigar su hiperactividad.

Los niños autistas sufren estigma y la indiferencia

PADRES INVIERTEN CUANTIOSOS RECURSOS EN ATENCIONES MÉDICAS,EDUCACIÓN Y EN LAS TERAPIAS QUE NECESITAN PARA MEJORAR SU CONDICIÓN

Formación. Niños con Trastorno del Espectro Autista realizan diversas actividades en uno de los salones de la Fundación Dominicana de Autismo, bajo la supervisión de personal entrenado.

Noticias RelacionadasAlgunos necesitan una “sombra”Juan Salazar

juan.salazar@listindiario.com

Santo Domingo

Derramaron copiosas lágrimas, padecieron un largo duelo que consumía su paz en la impotencia y sufrieron la indiferencia de una sociedad que se mantenía ajena a sus angustias.

Pero también dieron un paso más allá de las premoniciones apocalípticas, se pusieron un traje de guerreras y decidieron enfrentar con coraje el estigma y el olvido en que estaban sumidos miles de niños y niñas con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Hoy, con la mira puesta en dejar atrás el peor trauma de sus vidas, dirigen dos fundaciones creadas al calor de los padecimientos que acrecentaron su determinación por lograr un presente de oportunidades para estos niños y niñas que llaman “especiales”.

Las organizaciones que trabajan con niños autistas están llenas de planes y proyectos, pero necesitan el impulso que permita concretizarlos y expandir la atención a escala nacional de esta condición que, según las estimaciones, ya afecta a una de cada 110 personas.

Ambas están desbordadas por la alta demanda de padres angustiados que reclaman evaluación, diagnóstico, terapias, educación y otros servicios para sus hijos, a quienes califican como “los excluidos dentro de la inclusión”.

A finales del siglo pasado apenas la Fundación Dominicana de Autismo trabajaba con niños afectados con este trastorno del desarrollo, pero el impacto ha sido tal en los últimos años, que actualmente unas 400 familias están organizadas en la Fundación Manos Unidas por Autismo para brindar apoyo emocional y orientación a los padres, además de otros proyectos que se incuban en pueblos de provincias donde la incidencia es ostensible.

Los planes y proyectos van desde la creación de una institución que garantice una atención multidisciplinaria, que esta condición esté cubierta en el Sistema de Seguridad Social y la inclusión de estos niños en el sistema educativo nacional.

Fundación Dominicana de Autismo

Esta organización fue fundada el 2 de abril de 1995 por iniciativa de madres y padres que se sentían desamparados cuando comenzaron a notar los primeros síntomas del autismo en sus hijos. En sus inicios estuvo ubicada en el ensanche Luperón de la capital, pero la alta demanda de servicios motivó el traslado a un edificio de dos niveles en la avenida Paseo de los Reyes Católicos, en Arroyo Hondo, donde incluso están construyendo un anexo para albergar los talleres.

jueves, 2 de septiembre de 2010

¿Quién dijo normal?

La artista Yolanda Manrique sufre autismo combinado con problemas de tipo neurológico, lo que no impide que presente su primera exposición ante el aplauso de la cultura.

SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA La normalidad parece más una materia de psiquiatras y políticos que de personas normales. Es una de las reflexiones que recuerda el espectador tras contemplar la exposición "A miña imaxe, a miña linguaxe", que inauguró ayer en el Café Moderno Yolanda Manrique. Ella es precisamente una de las personas que no figuraría en el inventario de la "normalidad": nació con un trastorno de espectro autista, en su caso combinado con otros déficits neuronales, pero ello no impide que pinte y lo haga tan bien que sus obras son originales, frescas, diferentes... ¿A quién le importa la normalidad?

A mediados del siglo XX a la gente normal le dio (pásmese) por establecer reglas para "humanizar" la guerra y dedicó al tema toda una convención; a 35 grados en diciembre se reúnen en una isla caribeña cientos de personas disfrazadas de Papá Noel alrededor de un abeto mantenido con vida artificialmente para remedar la Navidad de otro extremo del planeta. La normalidad no existe, al menos no tiene registro ni taxonomía. Si además se tiene en cuenta, por ejemplo, que cada año aumenta en Estados Unidos un 300% el número de hombres que se inyectan bótox (es decir, momificarse en vida va camino de la normalidad) ya no es que no exista tal normalidad es que ¿a quién le importa su anormal inventario?

Por el contrario, sentirse atraído por la diferencia es "non soamente útil senón francamente apaixonante. Entre os seres humanos existen diferenzas, a diversidade pertence á propia natureza e por extensión tamén á natureza humana". Lo explica el psiquiatra Cipriano Jiménez Casas, director general de la Fundación Menela, una organización que lucha por hacer visibles a personas con trastornos del espectro del autismo como Yolanda Manrique.

Nacida en Alemania en 1973, hace ya 17 años que Yolanda entró en contacto con el Centro Castro Navás, cuyos trabajadores explican que "primeiro asistía ao taller da horta e tamén o facía moi ben, pero cando tiña tempo libre ou nervios, utilizaba a pintura para tranquilizarse".

Gracias a su familia los responsables del centro supieron también que le gustaba copiar obras de grandes artistas, así que le propusieron retos y en cada nuevo proyecto Yolanda demostraba que iba mucho más allá de la reproducción para crear un mundo propio.

Ese nuevo universo pictórico está lleno de personajes, imágenes precisas que transmiten al espectador lo que la creadora no dirá con palabras.

El reto es doble: no solamente padre un trastorno del espectro del autismo (diagnosticado en los primeros años y para el que no existe tratamiento) sino que éste se combina, como en muchos otros casos, con problemas de tipo neurológico, que en su caso afectan a la visión.

Nada de ello impide que sus pinturas estén llenas de vida, de luz, de personas con flores en la cabeza, de bailes de Navidad o personajes que celebran el color y la vida, obras autónomas a pesar de que se inspiren en grandes cuadros de pintores de todos los tiempos.

"As formas creadas ou recreadas son orixinais polo insólitas, polo desconcertantes", explica Cipriano Jiménez, "como gran copista que é, Yoli é capaz de descolgarse da idea de perspectiva e das imaxes simbólicas, pero na súa simplicidade trata de introducirnos no seu mundo e quefacer pictórico. É como si nos tratase de levar a súa forma de ver a realidade, a súa propia realidade, apoiada na súa linguaxe plástica".

Artistas, comisarios de arte, coleccionistas y galeristas, amén de representantes políticos como la vicepresidenta de la Diputación Teresa Pedrosa, arroparon ayer a Yolanda Manrique en la presentación de su exposición. La artista estaba nerviosa en el debut de su primera individual (hasta en eso es normal) y los asistentes no quisieron aumentar su desazón con un rosario de felicitaciones, pero el comentario era unánime: sus pinturas inspiran tanto como las palabras que no pronuncia, de ahí el título de la exposición, "A imaxe, a miña linguaxe".

Permanecerá abierta al público hasta el próximo 12 de septiembre e incluye una selección de trabajos de la autora.