Miguel Gallardo, ilustrador
Esther Peñas / Madrid- 16/12/2010
Miguel Gallardo (Lérida, 1955) es uno de los ilustradores españoles más reputados dentro y fuera de nuestro país; colabora asiduamente con ‘La Vanguardia’, el ‘Herald Tribune’ o el ‘New York Times’. Además, Miguel es el padre de María, una niña de 15 años con autismo. En 2008 contó su historia en un cómic, que le valió el galardón más importante de Cataluña en esta disciplina. Ahora, el director Félix Fernández de Castro la ha llevado al cine con el mismo título, ‘María y yo’, consiguiendo un documental divertido y conmovedor.
¿Pensó que el documental podría recoger, de un modo tan conciso, el tono de sinceridad que transmitía en el cómic?
En absoluto, he sido el primer sorprendido. Era un desafío muy gordo, pero el viento sopló a favor desde el primer momento y María se ha convertido en una estrella de cine. Tenía la sensación de que podía confiar en Félix, sabía que iba a poner todo de su parte. Captó el tono de la historia y, lo más difícil, supo transmitirlo en la película.
Supongo que María no era consciente del rodaje pero, una vez montado, ¿cuál ha sido su reacción?
Hay sido un proceso curioso; ella y su madre fueron las primeras en ver el trailer. Lo vio tantas veces que comenzó a decir: “ya no quiero ver la peli del papi”. Al principio le hacía mucha gracia, después se fue cansando, hasta que hicimos la presentación en la sala Metropol, en Canarias, donde María estuvo rodeada de toda su gente. Para ella aquello fue un subidón muy grande, y era consciente en parte de todo el movimiento que se estaba generando: la paraban por la calle, se veía en los carteles… y así, la ‘la peli del papi’ pasó a ser ‘su peli’.
Una de las lecturas del documental es que tener un hijo con discapacidad no sólo te cambia la vida sino que hace que todo lo demás sea relativo.
Exacto. Ésa es la enseñanza. Muchos padres llegan a esa conclusión después de la negación, de superar la parte de angustia, sufrimiento y culpabilidad. Si superas esa fase entras en otra que, en cierto modo, no deja de ser una poesía maravillosa que te enseña a mirar la vida de otra manera, a relativizar todo, hasta el tiempo. Estar con María las 24 horas del día me supone una relajación increíble, meterme en su mundo, desconectar casi por completo del mío…
¿En qué momento uno deja de preguntarse qué ha hecho mal y encara la situación?
No hay momento expreso, depende de las circunstancias, de la gente que te rodee, de las ayudas que has conseguido, de si has tenido un grupo de apoyo… lo primero que hay que hacer es pasar una especie de duelo por la persona que tú esperabas como hijo y que no vas a tener, hay que hacer ese ‘intercambio’, despedirte de una persona para la que habías planeado una vida ‘normal’ y aceptar que tu hijo es distinto.
Sorprende el tono lúdico de la película, acompañado magistralmente por la música de Pascal Comelade…
Soy humorista. En apenas un mes, acabé el libro, aunque en realidad fueron trece años lo que me llevó hacerlo. Es una historia dura, descarnada, pero quería contarla de manera divertida sin irme de la realidad. Y la realidad es que cuando estamos juntos, María y yo somos un par de payasos que nos reímos y hacemos reír.
Aparte de mirarla cuando cuenta los granos de arena pasar por sus dedos, ¿qué es lo que más le gusta de María?
Muchas cosas… los golpes que tiene… el que no pierda comba de lo que pasa a su alrededor… el que, a pesar de sus dificultades, confía en ti; si le propones cosas que te parecen arriesgadas, un paseo en barca, una expedición por el monte, protesta pero accede siempre, porque disfruta con ello. Eso es maravilloso. Me conmueve ver cómo disfruta de la gente, cómo va dejando que las personas que llegan vayan entrando en su círculo y cómo es capaz de detectar el rechazo, te partes de risa. Cuando conoce a alguien con quien no empatiza, nunca recuerda su nombre.
¿Cómo definiría el autismo?
El espectro autista es tan amplio y particular que no hay exactamente un patrón común, que cada autista tiene unas circunstancias son muy especiales… Hace poco leí un artículo horrible en el que describían a nuestros hijos como gente que no se entera de nada. No es verdad. Hay algunos casos muy graves, pero es cuestión de encontrar un modo de comunicarse con ellos, los hay.
¿Qué papel juegan las asociaciones, como la Confederación Autismo España, en el proceso de encajar la situación?
Para nosotros fue muy importante el hecho de encontrarte a otros padres que estaban pasando o habían pasado por lo mismo que tú. Además, a María no le diagnosticaron autismo hasta los ocho años, con lo cual nosotros estábamos perdidos, sin saber dónde ir, qué hacer… caímos -por casualidad- en Enaps, una entidad de Feaps que tenía un programa llamado ‘Padre a padre’. Gracias a él supimos que no estábamos solos.
“Veo caras que, cuando miran a María, no me gustan…” dice en un momento del documental…
Cuando hice el cómic, parte de mi propósito era dar visibilidad al autismo. Si María chilla y a alguien le molesta que les den por el saco, lo siento. Siempre hay quien te hace las cosas más difíciles, pero son los demás quienes se tienen que acoplar a lo nuestro. Si no somos capaces de acompasar el paso a los más débiles o necesitados somos una porquería de sociedad.
(Entrevista publicada en el 'cermi.es',
número noviembre-diciembre de 2010)
tráiler MARIA Y YO
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