La terapia asistida por animales presenta beneficios reales y que han sido documentados, pero no es un tipo de terapia alternativa que reemplaza a los procedimientos médicos o psicológicos. Es, como su nombre lo dice, terapia en la que participan animales... nada más y nada menos.
Los beneficios de las terapias con perros u otros animales dependen de la aplicación específica que se haga, pero en términos generales los perros de terapia pueden ayudar a:
■Desarrollar la empatía. Los pacientes suelen tener mayor facilidad para desarrollar empatía hacia el perro que hacia el terapeuta. En el mediano plazo, esto ayuda a mejorar la capacidad de comunicación.
■Mejorar la relación con el entorno. En casos en los que las personas tienen dificultades para relacionarse con su entorno, o rechazan cualquier relación con el entorno, los perros de terapia (e incluso los perros de visita) sirven como un puente inicial par mejorar o desarrollar esta relación. Esto suele ocurrir con personas muy introvertidas, personas con depresión e incluso, según se dice, con niños autistas.
■Reducir la resistencia a la terapia. La presencia de los perros hace que la terapia se perciba como una actividad menos formal y más relajada. Esto ayuda a reducir la resistencia a la terapia que puede surgir cuando el ambiente es muy formal.
■Desinhibir a las personas. La gente siente poca o ninguna presión social al interactuar con perros porque saben que los animales no emiten juicios de valor según la apariencia, color de piel, estado financiero, estado civil, etc. Por tanto, es frecuente que los pacientes se relajen y desinhiban al interactuar con los perros u otros animales presentes durante la terapia.
■Romper la rutina. Esto ocurre más cuando se trata de perros de visita que de perros de terapia. Cuando la gente no tiene mucha variedad en su vida, como muchos residentes geriátricos, la presencia ocasional de un perro puede ayudar a romper la rutina y entretener.
■Mejorar la socialización. Quienes nunca tuvieron un perro tal vez no entiendan esto, pero los perros definitivamente promueven la socialización entre personas. Es mucho más fácil que dos desconocidos empiecen a hablar si al menos uno de ellos tiene un perro, porque el perro se convierte automáticamente en tema de conversación.
■Brindar contacto físico. El contacto físico es importante para el bienestar emocional de todos los animales, incluidos los humanos. Sin embargo, en muchas situaciones ese contacto es casi nulo. Bueno, los perros de terapia disfrutan mucho de las caricias y pueden brindar un poco de contacto físico a quienes lo necesitan.
■Reducir la presión arterial y el estrés. Se ha comprobado que la presencia y el contacto con perros ayuda a reducir la presión arterial y el estrés. Por supuesto, existen otros métodos más efectivos para conseguir estos objetivos, pero no está de más que los perros de terapia ayuden con esto.
■Ofrecen motivación. Uno de los peores efectos emocionales de períodos prolongados de inactividad o de encierro es la pérdida de motivación. Muchos pacientes, residentes geriátricos y presos pierden todo tipo de motivación porque no tienen mucho que hacer y lo poco que pueden hacer no parece suficientemente importante. Los perros de terapia y de visita pueden ayudar a asumir nuevas responsabilidades, romper la rutina y proporcionar diversión, con lo que ayudan a la gente a motivarse. Trabajadores de hospitales y de residencias geriátricas comentan que los perros de terapia y visita son un tema de conversación muy frecuente y que mucha gente que espera con ansias sus visitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario