Una tonada alegre comienza a tocar en la radio mientras vamos en el auto y, sin darnos cuenta, comenzamos a marcar el ritmo con nuestros dedos sobre el volante, a mover hombros y gesticular con la canción. De la misma manera puede ser una melodía calmada la que logra alivianar el semblante durante un embotellamiento. ¿Es acaso una decisión sentir euforia o tranquilidad? No, es el efecto de la música en el cerebro lo que nos hace reaccionar de esa manera.
La terapia musical es una de las alternativas de tratamiento que cada vez cobra más relevancia y se le dedica mayor investigación en el campo de la neurología. Estudios recientes han demostrado que quienes han sufrido algún tipo de daño cerebral por una apoplejía o trauma, aceleran la recuperación cognitiva y las habilidades motoras, mejoran el comportamiento, el desarrollo emocional y afectivo, aumentan destrezas sociales y muestran mejor manejo del dolor con terapia musical. Quienes padecen de demencia, depresión y hasta desórdenes neurológicos como el autismo, también han mostrado progreso con este tratamiento.
Aunque el efecto de la música en el cerebro no es un descubrimiento reciente, la tecnología de resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones (PET Scan) ha logrado arrojar luz sobre él. Lo que todavía falta por descubrir es la localización precisa del área del cerebro que se estimula con la música.
"Los estudios han ayudado a observar partes del cerebro responsables por los movimientos corporales, la percepción sensorial, la coordinación, cognición, el semblante y la ansiedad. Se puede observar qué partes se estimulan durante una actividad en particular. Aún no se sabe con certeza el lugar específico, pero los pacientes con lesiones ubicadas en el lóbulo temporal superior muestran mayor recuperación cognitiva con este tipo de tratamiento'', indicó a El Nuevo Herald el doctor Néstor Gálvez, jefe de Neurología de la Clínica Cleveland en Weston.
Música y emociones
Diferentes partes del cerebro interactúan cuando se escucha música y permiten que la persona reconozca emociones internas. ``Cuando una persona escucha un ritmo o melodía, el cerebro está trabajando, tiene la función cognitiva de escuchar el sonido e interpretar la música; luego, se involucra el motor para bailar, tocar el instrumento o moverse. Para cada función que tenemos existe un programa. Cuando se utiliza la música como terapia se ayuda a crear nuevas conexiones y programas en el cerebro para vencer los obstáculos'', explicó Gálvez.
La influencia de la música sobre el cerebro no se limita a escucharla, el poder entonar una melodía también es parte del proceso. ``Muchos pacientes que han sufrido infartos cerebrales y desarrollaron afasia --la pérdida parcial o completa de la facultad de la palabra-- pueden cantar, pueden expresarse a través del canto. Igual sucede con los pacientes de Parkinson, que suelen tartamudear según avanza la enfermedad, pero que pueden cantar sin dificultad'', observó el galeno panameño.
elnuevoherald.com
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