miércoles, 27 de enero de 2010

NEUROIMAGEN: CONOCE CÓMO SE COMPORTA TU CEREBRO

Karla Galván
¿Sabes qué pasa en tu cerebro o encéfalo cuando observas una pintura de Pablo Picasso o escuchas tu canción favorita? Seguramente no, pero gracias a los avances científicos y tecnológicos de la neuroimagen es posible estudiarlo y conocer esta actividad. Aunque te parezca imposible saber qué sucede en tu cerebro ante estímulos visuales, auditivos u olfativos, especialistas de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM, en el Distrito Federal) lo han logrado. Para ello conectan electrodos al cuero cabelludo, los cuales son capaces de registrar la actividad eléctrica del encéfalo, y esto brinda la posibilidad de distinguir qué áreas se activan. Este procedimiento se conoce como neuroimagen (imágenes en las que es posible observar el funcionamiento cerebral).

“En este contexto quiero destacar que los pintores, de manera inconsciente, son extraordinarios neurobiólogos, ya que al pintar estimulan áreas del cerebro para producir experiencias agradables”, refiere la Dra. Feggy Ostrosky Solís, directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la FP. Y agrega: “Si comparamos cómo reacciona el encéfalo de una persona al mirar flores reales y después otras pintadas, vemos respuestas diferentes. Y si el observador es curador o pintor, el área determinada se agitará aún más”. Universo de neuronasLa comprensión de las funciones del cerebro, mente, conducta humana y sus posibles explicaciones neurológicas, psicológicas y fisiológicas se ha incrementado notablemente desde principios del siglo XX. Los avances en las neurociencias nos permiten conocer mejor el interior de nuestro cerebro, sus características, actividad y los mecanismos que intervienen en el desarrollo de aspectos tan importantes como los sentidos, sentimientos, memoria, sueños, emociones, lenguaje, inteligencia y comportamiento.

De acuerdo con la especialista, el encéfalo se compone de las siguientes estructuras:
Tallo cerebral. Controla tus funciones corporales automáticas, como la respiración, además de actuar como nexo entre cerebro y médula espinal.
Cerebelo. Gobierna tu coordinación muscular y el aprendizaje de movimientos mecánicos.
Lóbulo occipital. Especializado en la visión.
Lóbulo parietal. Recibe y procesa información proveniente de tus sentidos.
Lóbulo frontal. Planea acciones a futuro, controla el movimiento y es responsable del habla.
Lóbulo temporal. Coordina el sentido del oído y se encarga de interpretar música y lenguaje.
Corteza cerebral. Cubre los cuatro lóbulos cerebrales y su grosor es de unos cuantos milímetros.
Amígdala. Genera las emociones a partir de percepciones y pensamientos.
Tálamo. Recibe información de los sentidos y la transmite a la corteza.
Hipocampo. Consolida la información recientemente adquirida; crea la memoria de largo plazo.
El cerebro humano tiene más conexiones neuronales del sistema límbico (donde se encuentra la parte emocional) hacia la corteza cerebral (la parte pensante). “Dichos lazos, conforme evoluciona el órgano, se incrementan, lo que te impide ser presa de tus instintos; esta condición es la que te permitirá trascender con la razón”, señala la Dra. Ostrosky Solís.

Onda musical: Otro de los estímulos a los que está expuesto a diario el cerebro es la música, la cual, a decir de la científica, tiene enorme influencia en tu estado de ánimo. Puede inducir (seguro lo has experimentado) emociones que oscilan entre profunda tristeza, fervor patriótico e intensa alegría. “Esta habilidad está profundamente arraigada en la biología de nuestro sistema nervioso”, advierte.

Por lo anterior, la comprensión de las características de la música y la organización cerebral ha representado un desafío. Con técnicas de neuroimagen se está empezando a investigar la habilidad de concebir, componer, leer, interpretar, percibir y disfrutar la música.

Ahora se sabe que las regiones paralímbicas (cercanas al sistema límbico, la parte menos evolucionada del cerebro y donde residen nuestras emociones) “forman parte de mecanismo neural donde subyace la respuesta emocional a la música. Utilizando la tomografía por emisión de positrones (PET, moderna técnica utilizada por los médicos para estudiar nuestros órganos mediante imágenes de computadora), se analizó la reacción de sujetos mientras escuchaban diferentes tipos de música (concordante o disonante)”.

Los resultados demostraron que “ante aquella que se califica como agradable se activan zonas temporales del hemisferio derecho y regiones parahipocámpicas. Por el contrario, la música disonante produce un incremento en el nivel de actividad de las zonas orbitofrontales”, detalla la experta.

Así, cuando escuchamos música que nos agrada, nuestro organismo secreta ciertas sustancias endocrinas, conocidas como opiáceos naturales (endorfinas). Esto implica que la música realmente pueda activar el sistema de placer del cerebro y modifique nuestra actitud sentimental en un momento dado.

Al mentir¿Tienes idea de lo que ocurre en tu cerebro cuando mientes? En efecto, con la “mentira nuestra de cada día” también se generan diversas reacciones. Estudios realizados por científicos de las universidades de Pennsylvania y de Temple, en Estados Unidos, revelaron que cuando alguien no dice la verdad, el encéfalo se activa en el lóbulo frontal, temporal y límbico.

La Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania, tras realizar estudio de resonancia magnética a cierto número de individuos, descubrió zonas del cerebro que se iluminan cuando las personas mienten. Según ellos, cuando ocurre, su cerebro lo inhibe de decir la verdad y eso hace que el lóbulo frontal esté más activo, de tal forma que la persona tiene que pensar más.

Los profesionales que se han dedicado al estudio de la mentira señalan que existen reacciones fisiológicas que se pueden medir con el polígrafo o diagnóstico por imágenes, así como por códigos y denominadores comunes del lenguaje corporal, verbal y tono de voz.

BeneficiosComo puedes ver, gracias a la neuroimagen es posible que se conozca más de cerca el comportamiento de nuestro cerebro, cuyas aplicaciones no se limitan al arte o apreciación musical, sino que abarcan la posibilidad de nuevas formas de diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades.

Hablamos de esquizofrenia (trastorno en que se dificulta la diferenciación entre experiencias reales e irreales), mal de Parkinson (ocasiona problemas en la coordinación de movimientos y temblores en las extremidades), autismo (se distingue por conductas repetitivas y afectación de la comunicación y la convivencia), déficit de atención e hiperactividad (dificultad para concentrarse o mantenerse quieto), demencias (debilidad de las facultades mentales), fobias (temor fuerte e irracional hacia algo que representa poco o ningún peligro real) y problemas de lenguaje, entre otras.

“La neuroimagen permite ver cosas que antes simplemente no se podía; así, los especialistas de hoy pueden gozar de las ventajas que tuvieron los traumatólogos o cardiólogos cuando surgieron las técnicas de Rayos X, y en tiempo real”, resalta la Dra. Ostrosky Solís.

Algunos de estos beneficios son la adecuada observación de las características de la anatomía cerebral, cómo responde el cerebro a determinados estímulos cognitivos o emocionales, cómo está organizado desde el punto de vista neuroquímico y cuál es la acción que los distintos fármacos ejercen sobre estos parámetros en cada una de las enfermedades mentales tratadas.

Sin duda, esto abre camino para mejorar el manejo de los pacientes con afecciones cerebrales, lo cual se verá reflejado en el mejoramiento de su calidad de vida.

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