martes, 9 de marzo de 2010

UN ABRAZO POR UNA EMOCIÓN, EN AMIBIL

Redacción (NJ) (Mar 09, 2010) Convocatorias Juventud



“Soy muy besucona. Me gusta mucho abrazarlos a todos”. Con estas palabras explica Sagrario Morales, madre de un niño con discapacidad intelectual de la Asociación Amibil de Calatayud, lo motivada que se siente al acudir a la terapia de besos que desarrolla esta asociación. En cada sesión, que tienen lugar una vez al mes, se juntan padres e hijos para fomentar el contacto físico entre ellos y así desbloquear emociones.

“La afectividad en estas familias a veces es una cuestión complicada”, asegura Lucrecia Jurado, gerente de Amibil. En algunos casos, la expresión de los sentimientos queda bloqueada –tanto en el caso de los hijos como en el de los padres-, algo que incide negativamente en la calidad de vida de estas personas. En familias de padres mayores esto sucede con más frecuencia, según la asociación que es miembro de FEAPS Aragón. En cada sesión se reúnen unas 14 personas que dicen “disfrutar mucho” y que siempre “piden más”, asegura Jurado.

En la terapia de besos los padres –que en ocasiones no son los progenitores de los usuarios que participan pero acuden por placer- y los usuarios se dedican, guiados por una psicóloga, a bailar con música para canalizar los sentimientos, a practicar el yoga de la risa (forzándola), practican juegos –susurros al oído-, relajación, sesiones de besos y abrazos indiscriminados o una ducha de masajes. “Generalmente, somos reacios al contacto físico, tanto a darlo como a recibirlo”, explica Marisol Alconchel, la psicóloga que guía la actividad. Por eso considera “muy positiva” esta iniciativa.

Fue en febrero de 2009 cuando se inició esta terapia que, en un principio, se pensó para padres y madres de Amibil, “aunque vienen sobre todo las mujeres”, señala Alconchel. No obstante, agrega que los hombres de parejas más jóvenes sí son “más participativos”. En cualquier caso, Jurado asegura que quienes acuden a la actividad, van “convencidos”.
Después de casi un año los resultados empiezan a verse. Lo notan fundamentalmente en los usuarios, aunque también alguna madre ha expresado su satisfacción. “Ahora saben pedir abrazos y besos”, asegura la psicóloga. “Y están más relajados”, añade Sagrario. Además, la asociación ha creado unas cajitas de besos con labios dibujados y frases curiosas para regalar “a gente especial”, apunta Alconchel. En definitiva, de lo que se trata es de “abrir el corazón y normalizar la afectividad”, remacha.

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