jueves, 3 de diciembre de 2009

Mil millones de niños, sin acceso a bienes y servicios básicos, alerta el organismo ...
Más de la mitad de la infancia mundial, en la pobreza: Unicef
Hasta países de la OCDE presentan aumentos en ese rubro Unos 2 millones de infantes, víctimas de la explotación sexual Menores de edad, 45 por ciento de las bajas en conflictos bélicos ... Más de la mitad de los niños en el mundo -unos mil millones- vive en condiciones de pobreza y carece de los bienes y servicios básicos para sobrevivir, crecer y desarrollarse. Esa insuficiencia de recursos económicos -que se presenta incluso en algunos países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre los que se encuentra México- favorece la violación de los derechos de la infancia, como la explotación sexual comercial, que ya afecta a 2 millones de menores a escala global.

El informe Estado mundial de la infancia 2005, preparado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), resalta que la solución a esta problemática requiere de una distribución más equitativa de los ingresos y el abordaje simultáneo de las cuestiones económicas y sociales, en lugar de dar prioridad exclusiva a la estabilidad macroeconómica.

A causa de la pobreza, en países en desarrollo más de 16 por ciento de los niños menores de cinco años sufre desnutrición grave, mientras uno de cada cinco (unos 400 millones) no tiene acceso al agua potable.
Las privaciones abarcan los servicios de salud -de los que están excluidos 270 millones de menores- y la vivienda -a la que no tienen acceso más de 640 millones de niños. En cuanto a la educación, el informe destaca que más de 140 millones de infantes no ha acudido nunca a la escuela, entre ellos, 13 por ciento de quienes tienen entre siete y 18 años.

Rezagos hasta en los más ricos

Si bien los mayores rezagos se presentan en los países de Africa subsahariana y Asia meridional -principalmente en las zonas rurales-, las naciones de mayores ingresos no están exentas del problema.

El documento del Unicef, que hoy se presenta oficialmente, indica que en 11 de los 15 países de la OCDE de los que existe información comparable -México entre ellos- registraron en la década pasada aumentos considerables en las tasas de pobreza infantil.

A comienzos del milenio, indica, sólo tres países -Finlandia, Noruega y Suecia- mostraban una tasa de pobreza infantil de menos de 5 por ciento. Y apenas en cuatro naciones -Canadá, Estados Unidos, Noruega e Inglaterra- ha habido una reducción modesta de las condiciones de pobreza en que viven los niños.

Avances insuficientes, infancia amenazada

Desde la entrada en vigor de la Convención sobre los Derechos del Niño, en 1990, ha habido avances concretos en la prestación de bienes y servicios esenciales, como vacunas, mosquiteros para prevenir el paludismo y sales de rehidratación oral para combatir las infecciones diarreicas. En la década de los 90, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años disminuyó 11 por ciento en el mundo; la incidencia de casos de bajo peso al nacimiento se redujo de 32 a 28 por ciento en los países en desarrollo, y el acceso mundial al agua potable aumentó de 77 a 82 por ciento.

La mortalidad por diarrea -la principal causa de defunción en la infancia a comienzos de 1990- se redujo a la mitad en esa década, lo que salvó las vidas de un millón de pequeños; en tanto, la iniciativa mundial para la erradicación de la poliomielitis, iniciada en 1988, contribuyó a reducir el número de enfermos de 350 mil, en ese año, a menos de 700, a finales de 2003.

En 2002, durante la sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas, los gobiernos se comprometieron a acelerar los progresos en el desarrollo de la niñez. El pacto internacional Un mundo apropiado para los niños se sumó a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en 2000, previstos para cumplirse en 2015. Sin embargo, la mayoría están retrasados y existen pocas posibilidades de alcanzarlos, a menos de que los donantes y los países tomen medidas concertadas, enfocadas en la infancia y en la realización de sus derechos, señala el Unicef.

El informe advierte que si no se alcanzan los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la niñez (reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad infantil, por ejemplo), las consecuencias serán trágicas. La infancia de millones se verá afectada a causa de la mala salud o la muerte derivada de enfermedades que se pueden evitar. El futuro de muchos otros millones correrá peligro debido al fracaso de los gobiernos para proporcionarles una educación, mientras el número de niños y niñas huérfanos o vulnerables a causa del VIH/sida seguirá aumentando.

Los avances no han sido suficientes para todos. La infancia sigue amenazada. Los pactos internacionales, subraya el informe, "contrastan de forma descarnada con la infancia real de la mayoría de los niños del mundo". Unos 29 mil menores de cinco años mueren todos los días por causas prevenibles, como la deshidratación diarreica, las infecciones agudas de las vías respiratorias, el sarampión y el paludismo.

Las vidas de mil millones de niños están arruinadas por la pobreza, a pesar de la riqueza de las naciones. Lo anterior favorece el crecimiento de la violación y explotación sexual comercial. Alrededor de 1.2 millones de infantes son víctimas todos los años de la trata, y 2 millones, en su mayoría niñas, están sometidos a la explotación sexual, actividad que genera miles de millones de dólares.
Al plantear algunas alternativas de solución, el reporte del Unicef refiere investigaciones según las cuales la inversión de los países en desarrollo en el capital humano -incluida la educación- se plantea como opción para superar las deficiencias económicas de la población.

Lo anterior, por la llegada de capital extranjero de inversionistas que tratan de obtener beneficios de una fuerza laboral dinámica y bien preparada. El texto refiere que algunos países se incorporaron en años recientes a las economías de mercado con buenos sistemas de educación y una fuerza laboral bien capacitada, lo cual les redituó en recuperación económica e inversión extranjera directa.

Existen otros casos, como el de Cuba, donde el gobierno redujo el gasto en defensa de manera considerable en los años 90 y, al mismo tiempo, mantuvo sus gastos en educación y salud. La isla tiene un nivel elevado de desarrollo humano a pesar de que los ingresos per cápita son moderados, asienta el Unicef.
Sida y belicismo, nuevos amagos

Otras amenazas para la infancia se encuentran en la epidemia del VIH/sida y en los conflictos armados, destaca el informe del Unicef.

Respecto de éstas, el documento señala que a medida de que proliferan estos fenómenos, con bajas civiles importantes, millones de niños se quedan sin familias y a menudo son obligados a luchar en el frente de batalla. Desde 1990, dice el documento, los conflictos han costado directamente las vidas de 3.6 millones de personas, de las que más de 45 por ciento eran niños y niñas.

Cientos de miles de menores están atrapados en conflictos armados como soldados; son obligados a convertirse en refugiados o en personas internamente desplazadas; sufren a causa de la violencia sexual, los malos tratos y la explotación, o son víctimas de los restos de explosivos usados en las guerras.

ANGELES CRUZ MARTINEZ

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